domingo, 19 de agosto de 2007

1. Csejte, campo de concentración


Hanna Arendt
Eichmann en Jerusalén

Himmler y las sustituciones sacrificiales del lenguaje.

“¡Qué horrible es lo que hago a los demás!”

Puede y debe ser cambiado por:

“¡Qué horribles espectáculos tengo que contemplar en el cumplimiento de mi deber!”


Charles Lindholm
Carisma

Bettleheim detalla las técnicas de erosión de la identidad que se empleaban en los campos de concentración nazis, técnicas no muy diferentes de las descritas por Penrose en La condesa sangrienta:

"Castigos arbitrarios, la rígida imposición de reglas insensatas, tortura y humillación extremas, responsabilidad grupal, tratamiento de los internos como niños y la prohibición de todo acto autónomo. Las desdichadas víctimas de estas presiones a menudo afirmaban que los principales oficiales del campo eran bondadosos y amables; y a veces demostraban su lealtad y su identificación con los opresores usando uniformes usados por la Gestapo."



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