domingo, 7 de diciembre de 2008

Ángel de la Guarda

Toda creación tiene su ángel de la guarda y el de Prisionero en mayo se llama Begoña Tenés.

Ella ha levantado el puente más hermoso, el que nos une a los miembros de su taller de teatro, en el Centro Penitenciario de Alicante II.

Todo empezó cuando la dulce, dulce Virginia (trampolín de luna) nos habló de Begoña en El canto de la cabra. Era agosto y habíamos visto Extranjeros con David y con Manu.

Y escribimos a Begoña y Begoña resultó ser de lo más hermoso que hayamos encontrado en el camino de dar vida a nuestros prisioneros. Hay eso que se llama "asesores de verso", ¿no? Pues Begoña es nuestra "asesora de preso".

En el primer correo nos contó:

A los internos les produce mucha curiosidad saber cosas de la vida "normal" de cualquiera que entre de fuera. Por eso creo que está muy bien que Abel se "agarre" a esas cartas, que son un contacto con esas otras vidas. Vidas de verdad, al fin y al cabo, por más tormentosas que sean. Así que Abel le dice a Edi: "No la jodas, que la tuya es de verdad". Porque en el talego yo creo que se tiene la sensación de vivir una especie de vida paralela. Paralela a la de tu familia, a la de tus amigos, a la de los que salen en la tele...

Por eso el debate que planteas de libertad dentro y preso fuera, no es que sea de ingenuos, pero sí es un planteamiento quizá algo intelectual y visto desde fuera. Ellos son prácticos, se trata de salvar el culo lo más que se pueda y salir cuanto antes. Pero no sé, a lo mejor me equivoco y resulta que se lo plantean todo el rato. No lo sé. Quién sabe si un día de estos lo hablo con los chicos, a ver por donde salen...

Y un día, Begoña habló con los chicos.

2 comentarios:

Bego dijo...

¡Aaaay! Después de varios días en estado de hibernación griposa, vuelvo a la vida y me encuentro con este regalo. Y, como diría uno de mis personajes favoritos, "¿adónde voy yo después de esta alegría tan grandísima?".
Ya había asumido lo de "asesora de preso", pero con lo de ángel de la guarda no sé si voy a poder, ¿eh?
Pues sí, un día hablé con los chicos y de ahí salieron cosas que ni en mis mejores sueños podría haber imaginado. Recuerdo aquel día como uno de los mejores vividos ahí dentro. Y ese puente, amigos, lo construísteis vosotros, yo sólo estaba ahí, nada más (nada menos, para mi propia alegría).
Gracias. Mil gracias.

Anónimo dijo...

Y yo, simplemente, como una notaria de imprecisa profesión doy fe.
Doy fe que el resultado de aquel encuentro fue un paraíso de tolerancia y respeto, de cercanía y cariño, de vida más allá de la propia libertad...
Y todo fue gracias a ella, a ese ángel de la guarda que tanta suerte tengo en conocer.
Gracias por desnudarle la espalda para verle asomar las alas...
Un abrazo infinito...